Radiaciones no ionizantes: qué son, cómo nos afectan y para qué sirven

¿Sabías que cada día estamos expuestos a diferentes tipos de radiaciones que pueden afectar a nuestra salud y al medio ambiente? En este post vamos a hablar de las radiaciones no ionizantes, un fenómeno físico que está presente en muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana, pero que también puede tener consecuencias negativas si no se controla adecuadamente.

Las radiaciones ionizantes y las radiaciones ionizantes tienen múltiples aplicaciones y beneficios para la sociedad, como la comunicación, la medicina, la industria o la seguridad.

Sin embargo, también pueden provocar efectos adversos sobre nuestro organismo y sobre el planeta, como el calentamiento de los tejidos, las quemaduras en la piel, las lesiones oculares o el estrés celular. Por eso, es importante seguir las recomendaciones de los expertos, como evitar la exposición prolongada o directa, usar equipos de protección adecuados o mantener una distancia prudente de las fuentes de radiación.

En este post te explicaremos con más detalle qué son las radiaciones no ionizantes, cómo nos afectan y para qué sirven, y te daremos algunos consejos para protegerte de sus posibles riesgos. ¡Sigue leyendo y descubre más sobre este fascinante tema!

¿Qué son las radiaciones no ionizantes y cómo se clasifican?

Las radiaciones no ionizantes son aquellas que tienen una energía insuficiente para arrancar electrones de los átomos o moléculas que las absorben. A diferencia de las radiaciones ionizantes, que pueden causar daños en el ADN y aumentar el riesgo de cáncer, las radiaciones no ionizantes solo producen efectos térmicos o no térmicos, dependiendo de su intensidad y duración.

A su vez este tipo de radiación abarcan un amplio espectro de frecuencias y longitudes de onda, desde las ondas de radio hasta la luz visible, pasando por los microondas, los infrarrojos y los ultravioletas. Algunas fuentes naturales de radiaciones no ionizantes son el sol, las estrellas, el calor de la Tierra o los rayos.

Algunas fuentes artificiales son las antenas, los teléfonos móviles, los hornos microondas, los láseres o las lámparas fluorescentes. Las radiaciones no ionizantes tienen múltiples aplicaciones en la ciencia, la tecnología y la sociedad, como la comunicación, la medicina, la industria y la investigación.

Sin embargo, también plantean algunos desafíos y riesgos, como la contaminación electromagnética, los efectos biológicos o la regulación ética.

Diferencia entre radiación ionizante y radiación no ionizante

La radiación es energía que viaja en forma de ondas o partículas, esta radiación puede ser de dos tipos: radiación ionizante y no ionizante.

  • La radiación no ionizante nos referimos a un tipo de energía que se transmite en forma de ondas electromagnéticas, esta no tiene suficiente fuerza como para arrancar electrones de los átomos y modificar la materia a nivel atómico.
  • La radiación ionizante, sin embargo, es aquella que tiene tanta energía que puede arrancar electrones de los átomos de la materia, creando iones o partículas cargadas. Esto puede alterar la estructura molecular de las células y causar daños biológicos.

Algunos ejemplos de radiación no ionizante son la luz visible, el infrarrojo, las microondas y las ondas de radio. Por otro lado, algunos ejemplos de radiación ionizante son los rayos X, los rayos gamma y la radiación ultravioleta.

Tipos radicaciones no ionizantes: como afectan a nuestra salud y cuál es su uso

Como ya hemos visto las radiaciones no ionizantes son aquellas que no tienen suficiente energía para arrancar electrones de los átomos de la materia, es decir, no son capaces de ionizarla.

Sin embargo, esto no significa que sean inocuas, ya que pueden producir otros efectos, como excitaciones electrónicas, vibraciones moleculares, aumento de temperatura o alteraciones bioeléctricas.

Radiaciones no ionizantes: radiofrecuencia (𝝀 > 1 𝐦) y microondas (𝝀~10^(-3) − 1 𝐦)

La radiación no ionizante tipo de radiofrecuencia, son frecuencia menor y mayor amplitud de onda del espectro electromagnético. Este tipo de onda se suele emplear en transmitir datos e información a través de redes inalámbricas, televisión, radio.

Por otro lado, las de tipos microondas, son las ondas que hacen vibrar o rotar las moléculas de agua, produciendo fricción y calor. Este tipo de onda se suele emplear en redes inalámbricas, bluetooth, comunicación móvil, de satélites, etc.

La exposición a estas radiaciones solo es perjudicial cerca de fuentes de alta potencia, ya que pueden inducir corrientes eléctricas y aumentar la temperatura de los tejidos. Algunos estudios han sugerido que podrían afectar al funcionamiento del cerebro, la glándula pineal, la barrera hematoencefálica y la fertilidad, pero los resultados no son concluyentes y se requiere más investigación al respecto.

Radiaciones no ionizantes: infrarrojo (𝝀~10^(-6) − 1 0^(-3) 𝐦)

Son las ondas que emiten los cuerpos a temperatura superior a cero absoluto, son responsables de la sensación de calor que percibimos. Se usan para lámparas infrarrojas, sensores de temperatura o mandos a distancia.

Son en parte, los responsables de que los seres vivos vivamos a la temperatura que estamos acostumbrados a vivir. Se usan para fines terapéuticos, como lámparas infrarrojas o sensores de temperatura, y también para mandos a distancia o sistemas de visión nocturna.

Los efectos nocivos de esta radiación se deben principalmente a su capacidad de quemar la piel y los ojos, por lo que se recomienda evitar la exposición directa y prolongada.

Radiaciones no ionizantes: luz visible (𝝀~10^(-7) 𝐦)

Son las ondas que podemos ver con nuestros ojos, y se compone de diferentes longitudes de onda que corresponden a los colores del arco iris. El sol es la principal fuente de luz visible.

La luz visible tiene poco riesgo para la salud, excepto para la vista en condiciones extremas de iluminación. La luz solar es la principal fuente natural de luz visible, y también contiene una fracción de radiación ultravioleta, que es ionizante y puede causar daños en el ADN, la piel y los ojos.

Se usan para teledetección, fotografía o láser. Su efecto sobre la salud es bajo, salvo en condiciones extremas de iluminación.

Sensibilidad del ojo humano ante las fuentes de energía ionizantes

Los fotorreceptores son células especializadas que se encuentran en la retina del ojo y que son capaces de detectar y convertir la luz en señales eléctricas que el cerebro puede interpretar.

Estos nos permiten ver los colores y las formas de los objetos, así como adaptarnos a las diferentes condiciones de iluminación. Existen dos tipos principales de fotorreceptores: los conos y los bastones.

  • Los conos son los fotorreceptores responsables de la visión diurna y del color.
  • Los bastones son los fotorreceptores responsables de la visión nocturna y del movimiento.

Los fotorreceptores son unas células fascinantes que nos permiten apreciar la belleza del mundo que nos rodea. Sin ellos, no podríamos ver los colores del arco iris, las estrellas en el cielo o las expresiones de las personas que queremos.

Radiación no ionizante: ultravioleta (𝝀~ 10^(-7) − 1 0^(-8) 𝐦)

Son las ondas de mayor frecuencia y menor longitud de onda de las radiaciones no ionizantes. El sol también emite radiación ultravioleta, pero la atmósfera la filtra en gran medida.

Es una radiación de mayor energía que la visible, y se clasifica en:

  • UV-A: Los rayos UV-A penetran más profundamente en la piel y contribuyen al envejecimiento celular y a la formación de cataratas.
  • UV-B: Los rayos UV-B son los que causan las quemaduras solares y pueden provocar cáncer de piel.
  • UV-C y UV extremo: Los rayos UV-C son los más dañinos y nuestra atmósfera los absorbe casi por completo.

La exposición moderada a la radiación UV tiene beneficios para la salud, como la síntesis de vitamina D, la mineralización de los huesos o la disminución de la presión sanguínea, pero se debe usar protección adecuada y no abusar a la hora de su exposición, evitando las horas de 12h de la mañana a 17h de la tarde, para evitar los efectos adversos.

Conclusión

En este artículo hemos visto qué son las radiaciones no ionizantes, cómo nos afectan y para qué sirven. Hemos aprendido que se trata de ondas electromagnéticas que no tienen suficiente energía para arrancar electrones de los átomos, pero que pueden producir efectos térmicos y biológicos en los seres vivos.

Tambien hemos visto también que las radiaciones no ionizantes tienen múltiples aplicaciones en la medicina, la industria, la comunicación y el ocio, pero que también pueden suponer un riesgo para la salud si no se usan adecuadamente. Por eso, es importante conocer las fuentes, los niveles y los límites de exposición a estas radiaciones, así como las medidas de protección y prevención que podemos adoptar.

Esperamos que este artículo te haya servido para ampliar tus conocimientos sobre este tema tan relevante y que te animes a seguir investigando sobre él. Y si te ha gustado este artículo, no dudes en compartirlo con tus amigos y dejarme un comentario. ¡Gracias por leernos!


Referencias


Us Epa OA. Información básica sobre la radiación. 2017 [cited 2023 Dec 13]; Available from: https://espanol.epa.gov/espanol/informacion-basica-sobre-la-radiacion

Radiaciones no ionizantes: riesgos y medidas de prevención [Internet]. Quirónprevención. [cited 2023 Dec 13]. Available from: https://www.quironprevencion.com/blogs/es/prevenidos/radiaciones-ionizantes-riesgos-medidas-prevencion

Mira PJ. Radiación no ionizante [Internet]. El Gen Curioso. 2021 [cited 2023 Dec 13]. Available from: https://www.elgencurioso.com/diccionario/radiacion-no-ionizante/

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