¿Alguna vez te has preguntado por qué una simple alteración en la columna puede terminar afectando la forma en que te mueves o incluso generar dolor en zonas inesperadas? La respuesta está en la compleja y fascinante biomecánica del raquis, un sistema de equilibrio dinámico que va mucho más allá de simplemente mantenernos erguidos.
Nuestra columna es una obra de ingeniería biológica, un sistema dual que es, a la vez, increíblemente rígido para soportar el peso de nuestro cuerpo y sorprendentemente flexible para permitir un amplio rango de movimientos. Sin embargo, esta dualidad tiene un precio: el paso del tiempo y factores como la deshidratación de los discos intervertebrales pueden comprometer esa flexibilidad, haciendo que el sistema pierda su capacidad de adaptación.
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Tres funciones clave para entenderlo todo
Para comprender la columna, debemos verla a través de sus tres funciones principales:
Función Estática
La función estática se centra en la capacidad de la columna para soportar peso. Si te fijas, las vértebras no son iguales: las cervicales son pequeñas, mientras que las lumbares, como la L3, son más grandes y robustas, diseñadas para la carga. De hecho, la L3 es la más móvil de la zona lumbar y el punto que soporta un mayor estrés mecánico, lo que la hace propensa a lesiones.
El cuerpo vertebral se adapta a esta función aumentando de tamaño en los niveles inferiores y adquiriendo una forma de cuña que contribuye a las curvas naturales de la columna. El desafío es que la línea de gravedad de nuestro cuerpo desciende desde la cabeza y atraviesa puntos clave como C6-C7 y L3-L4. Cuando esta línea se ve alterada, el cuerpo busca compensar, y es ahí donde pueden surgir las patologías.
Función Cinética
Si la estática es el soporte, la cinética es el movimiento. La capacidad de rotación, flexión y extensión de cada vértebra está determinada por la orientación de sus carillas articulares. Estas carillas se inclinan de manera distinta en cada zona:
- Cervical: 45º, lo que permite gran movilidad.
- Torácica: 60º, más rígida.
- Lumbar: 90º, con un enfoque en la flexión y extensión.
Un buen enfoque osteopático busca precisamente trabajar en esta función, liberando la musculatura que restringe el movimiento y devolviendo la funcionalidad a las articulaciones para disminuir la presión.
Función de Protección
El raquis es también el protector de nuestra médula espinal, que termina en L2 y se prolonga en la conocida «cola de caballo». La médula está cubierta por tres capas protectoras (duramadre, aracnoides y piamadre) que actúan como un amortiguador, y se alarga en la flexión y se acorta en la extensión.
Este túnel osteofibroso, llamado conducto raquídeo, puede sufrir una patología como la estenosis del canal, que estrecha el conducto y comprime la médula, algo que puede ser muy complicado para los pacientes.
Los pivotes osteopáticos
En este complejo sistema, no todas las vértebras son iguales. Algunas actúan como pivotes osteopáticos, puntos con gran influencia biomecánica y postural que permiten que la estructura de la columna gire sobre ellos. Su lesión puede tener un efecto dominó en el equilibrio global del cuerpo, afectando incluso a la respiración y la circulación.
- C2: Dirige los movimientos del cráneo y el atlas.
- C5: Es el punto de máxima rotación cervical, una zona propensa a hernias.
- D4: Un punto de tensión que marca el cruce de las líneas de fuerza y es clave de bóveda del arco C7-D8.
- L3: Soporta la máxima compresión y está directamente asociada a la tensión visceral.
- L5: Responde al equilibrio de la pelvis y es un punto común de hernias.
El sistema de amortiguación y los polígonos de fuerza
La columna no solo soporta peso; también lo distribuye. El sistema de amortiguación vertebral o pinza de Sohier funciona como una palanca: el pilar anterior (cuerpo vertebral y disco) proporciona un soporte pasivo, mientras que el pilar posterior (la musculatura) ofrece una amortiguación activa. Por ello, el entrenamiento del core es fundamental, ya que ayuda a mejorar la compresión axial y reduce la carga sobre los discos intervertebrales.
Esta distribución de cargas puede ser analizada a través de las líneas de fuerza que se cruzan en el cuerpo de D4, formando los polígonos de fuerza: un triángulo superior que representa el cráneo y un triángulo inferior que representa el tronco.
- Triángulo superior: Base en el agujero occipital y vértice en D4.
- Triángulo inferior: Base en la pelvis (cóccix y caderas) y vértice en D4.
Estos triángulos son cruciales para entender cómo el peso de todo el cuerpo se transmite y cómo una alteración en la base de sustentación, como una cadera bloqueada, puede provocar dolor en la parte superior, como la nuca.
Conclusión
Es importante diferenciar entre una simple alteración postural y una verdadera patología. No todas las hipercifosis o hiperlordosis son problemáticas. Si una persona con estas curvas mantiene su estabilidad, flexibilidad y no muestra signos de compensación, se considera una adaptación de su cuerpo. El problema, y lo que nos indica una patología, son las compensaciones, es decir, cuando el cuerpo se ve obligado a hacer ajustes para funcionar, alterando su mecánica natural.
Al final, la biomecánica de la columna es un reflejo de nuestro estilo de vida y de las cargas que soportamos, tanto físicas como posturales. Comprender estos conceptos nos ayuda a ser más conscientes de la importancia de mantener un equilibrio en nuestro cuerpo, porque como se ha visto, la posición de una simple mochila puede tener un impacto directo en nuestra postura global.
Podcast hecho con NotebookLM
Conceptos clave
- Arco anterior (Dorsal y sacro): Se refiere a las curvas primarias de la columna, consideradas rígidas.
- Arco posterior (Cervical y lumbar): Son las curvas secundarias, caracterizadas por su flexibilidad.
- Piedras angulares (charnelas): Áreas de inflexión y cambio de curvaturas (C7 y L5) que actúan como base de apoyo y sostén.
- Claves de bóveda: Vértebras en el ápex de las curvas, encargadas de transmitir las presiones y cargas verticales (C7, D4, D9).
- Estenosis del canal: Estrechamiento del conducto raquídeo que puede comprimir la médula espinal.
- Pinza de Sohier: Sistema de amortiguación vertebral que funciona como una palanca de primer grado, con un pilar anterior pasivo y un pilar posterior activo.
- Compensación: Adaptación corporal que indica una patología subyacente y genera una alteración en la mecánica natural del cuerpo.












